Dicho esto, retomo el tema del epilogo en sí, no pude publicar la semana pasada, porque no tenía internet :(, pero bueno, aquí estoy para comenzar el 3er capítulo, uno de los más interesantes:
3 El árbol de la vida
Eragon sonrió, vio que diez personas y
un dragón salían del edificio, aún estaban demasiado lejos para saber quienes
eran cada uno de ellos, pero si que alcanzó a distinguir por altura a Orik y a
Garhvog. Miró a Murtagh, a el también una gran sonrisa le cruzaba el rostro. En
ese instante, Saphira se deslizó hacia abajo y comenzó la caída, tras muchas
experiencias, por fin se había acostumbrado a esos cambios de ritmo. Como aún
estaban bastante lejos del suelo a Eragon le dio tiempo a recordar los últimos
días que habían pasado en Vroengard:
-
Pero
no puedo volver Saphira
-
¿Y por qué?
-
Porque
eso significaría dejar todo esto sin ninguna vigilancia
-
Murtagh los
vigilará, ¿acaso no te fías de él? Y aun así, si tan poco te gusta dejar esto,
¿Por qué no volvemos todos, con eldunaris incluidos?
-
Sabes
que no sería lo correcto, los
robarían y no estarían a salvo.
-
Ahora somos
suficientes como para protegerlos.
-
¿Y
como conseguiríamos comida para todos?
-
¡Ja! Los
granjeros nos traerían sus ovejas por filas, uno tras otro.
-
Les
prometí que no volvería.
Eragon, tus respuestas tienen cada vez menos
sentido. Sí, seguro que todos se enfadarían si volvieras porque no has cumplido
tu promesas, ¡no seas tonto, Eragon, has ganado mucha sabiduría estos últimos
años! – y era cierto, ahora Eragon aparte de conocimientos teóricos, la
personalidad de Eragon había cambiado, ya no era aquel alocado joven que había
salido una vez de Carvahall, en ese tiempo él había aprendido a reflexionar, a
moderar su temperamento y a controlar su orgullo. - ¿Cuál es el verdadero motivo?Espero que os haya gustado.
Hasta la semana que viene
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