Esa vez Ángela
apenas estudió los huesos, segura de
cual sería el resultado, los huesos rodaron por la mesa hasta que se
detuvieron, la herbolaria dejó vagar su mirada por los huesos, aburrida, apenas
los estudió todos, convencida de que el resultado sería el mismo, pero Eragon
había advertido que uno de los huesos no era el mismo que el de la otra vez,
por desgracia no sabía cual que había significado ni que significado tenía
ahora. Ángela observó que el muchacho mantenía la mirada fija en uno de los
huesos, pero no le presto atención y sencillamente carraspeo para que el jinete
la atendiese:
-
Bueno,
este símbolo sobre el hueso, significa, como ya te dije una vez que vivirás
mucho tiempo, jiji ¡claaaro como eres jinete! Jiji –ante aquella risita
estridente de la herbolaria, Eragon se preguntó si tal vez habría bebido
demasiado, pero enseguida Ángela volvió a hablar mientras señalaba otro hueso-
Bueno, pegado a este la otra vez estaba pegado el relámpago, pero como ya
perdiste a Brom ha desaparecido, sin embargo el camino errante sigue aquí, ay,
jaja, aun te queda mucho por vivir, si es que aún no llegas a los cincuenta y
eso comparado con la eternidad es poco, todo comparado con la eternidad es
poco. –La herbolaria hizo una pausa y señaló el siguiente- La otra vez, el
árbol y la raíz de espino se entrecruzaban, esta vez ni aparecen, no creas que
tienes razón, sencillamente son cosas que ya han ocurrido, al igual que el
relámpago. Y finalmente llegamos, al que creo que más te interesa –dijo
mientras señalaba un capullo de rosa entre los extremos de una media luna- ¿te
acuerdas de lo que significaba?
-
Que
tendría un romance con una mujer de noble cuna y linaje.
-
Efectivamente,
bien, pues no ha cambiado, tu futuro con Arya continúa siendo una incógnita.
Creyendo que ya
había terminado, Ángela hizo el ademán de levantarse, pero en último instante
fijo su atención en un símbolo que había pasado por alto, allí donde antes uno
de los huesos se apoyaba sobre un barco de vela, ahora señalaba hacia un hombre
sentado. Ángela abrió completamente los ojos, sin poderse creer lo que veía,
sorprendida y asustada recogió todos los huesos y los volvió a lanzar, y
después otra y otra vez, pero siempre uno de los huesos aterrizaba sobre el
hombre sentada. Finalmente, derrotada, se quedó mirando fijamente a Eragon y
dijo:
-
Bueno,
definitivamente eres un saco de sorpresas ¿eh? En todos los años que llevo
haciendo esto nunca, ¡jamás! Un símbolo había cambiado, esto significa
sedentarismo, lo que quiere decir que permanecerás siempre en la tierra que
pisas. ¿Tienes alguna idea de como ha ocurrido?
-
Tengo
una idea aproximada…
-
Te
escucho.